Fajitas de pollo asado (de aprovechamiento)

Receta ↓ Ángela Solar

¡Transforma tu pollo asado sobrante en unas fajitas deliciosas y sabrosas! En este post te enseñaremos cómo preparar unas fajitas de pollo asado fáciles de hacer y llenas de sabor.

Además de ser una opción económica, las fajitas de pollo asado son perfectas para aprovechar los restos de tu cena del día anterior y sorprender a tus invitados en tu próxima reunión.

Con unos pocos ingredientes y en menos de 30 minutos, tendrás un plato lleno de nutrientes y sabores increíbles, como la carne tierna y jugosa de pollo asado, las verduras crujientes y el toque picante de la salsa.

¡Anímate a probar esta receta y sorprende a tu familia y amigos con un plato delicioso y saludable!

¡Tu próxima cena será un éxito seguro!

¡Buen provecho!

Los imprescindibles para tus fajitas

¿Listo para darle una segunda vida a ese pollo asado? Aquí tienes todo lo que necesitas para unas deliciosas que te harán la boca agua.

• Pollo asado – Ese pollo del domingo no tiene por qué acabar en el olvido. Desmenúzalo con cariño o córtalo en tiras, como prefieras, y verás cómo se transforma en el alma de tus fajitas.
• Verduras crujientes – Pimientos de todos los colores, una cebolla dulce y tomates frescos. Córtalos finitos, que queremos sentir esa textura en cada bocado. Yo siempre les doy un toque de cariño con un buen cuchillo afilado.
• Tortillas a tu gusto – ¿Eres de trigo o de maíz? Yo me decanto por las de maíz por ese puntito tradicional, pero tú eliges. Lo importante es que las disfrutes.
• El secreto: los condimentos – Un pellizco de comino, el pimentón que nunca falte y sal al gusto. Estos son los magos que le dan vida a tus fajitas, ¡no los subestimes!
• Aceite de oliva – Un chorreón generoso para que las verduras se doren como el sol de mediodía. Es el toque dorado que no puede faltar.
• El remate final: salsas y aderezos – Aquí es donde entra tu creatividad. Un guacamole casero, una salsa que pique lo justo o una crema agria que suavice. Tú mandas en los toques finales.

Preparación previa

Para asegurar el éxito de tus fajitas asadas, es crucial preparar los ingredientes adecuadamente. Sigue estos pasos y consejos para aprovechar al máximo tu pollo asado y tus verduras:

• Desmenuza el pollo asado con cuidado. Retira cualquier hueso o piel que pueda quedar y córtalo en tiras finas o en trozos pequeños, según tu preferencia. Recuerda que debe estar bien frío antes de desmenuzarlo para que sea más fácil de manipular. Consejo: Si tienes prisa, puedes usar dos tenedores para desmenuzarlo más rápidamente.
• Limpia y corta. Utiliza un cuchillo afilado para cortar las verduras en tiras finas y uniformes. Esto asegurará una cocción uniforme e integración perfecta del pollo asado con los demás ingredientes. Consejo: Para evitar que las verduras se oxiden y pierdan su color, puedes rociarlas con un poco de zumo de limón justo después de cortarlas.

Cocción de las verduras

¡Las verduras son el toque crujiente y sabroso que necesitan tus fajitas de pollo asado! Para cocinarlas a la perfección, sigue estos pasos:

• Calienta una sartén a fuego medio-alto y añade un chorrito de aceite de oliva. Esto ayudará a que las verduras se doren y se cocinen uniformemente.
• Agrega las verduras cortadas en tiras finas y saltea durante 3-5 minutos, o hasta que estén tiernas y ligeramente doradas. No te olvides de removerlas de vez en cuando para que se cocinen por igual.
• Incorpora el asado desmenuzado a las verduras y mezcla bien para que se integren todos los sabores. ¡Listo!

Calentamiento de las tortillas

¡Ah, el calentamiento de las tortillas! Para mí, este paso es tan importante como el propio relleno de las fajitas. Recuerdo cuando mi tía mexicana me enseñó a calentar las tortillas de la manera tradicional, ¡fue un momento que marcó mi forma de preparar fajitas para siempre!

Existen diferentes métodos para calentar las tortillas y disfrutar de unas fajitas perfectas. Aquí tienes algunas opciones para que elijas tu favorita:

• En una sartén: Calienta una sartén a fuego medio y coloca la tortilla durante 30 segundos por cada lado. Esto le dará a la tortilla una textura suave y flexible, ideal para enrollarlas.
• En el microondas: Si estás corto de tiempo, puedes calentarlas en él durante 20-30 segundos. Asegúrate de cubrirlas con un paño húmedo para evitar que se resequen.
• Al vapor: Para una opción más saludable, puedes calentarlas así. Colócalas en un recipiente con agua hirviendo y tápalas con una tapa o un plato. Deja que se calienten durante 1-2 minutos o hasta que estén suaves y flexibles.

No tengas miedo de experimentar con estos métodos y encontrar el que mejor se adapte a tus preferencias y estilo de cocina. ¡Disfruta de tus fajitas con las tortillas perfectamente calentadas!

Montaje de las fajitas

¡Es hora de dar el toque final a tus deliciosas fajitas de pollo asado! Sigue estos consejos para conseguir unas fajitas perfectas:

• Calienta las tortillas de maíz a la perfección. Para ello, pon una sartén a fuego medio y caliéntalas durante 30 segundos por cada lado. Recuerda que las tortillas deben estar suaves y flexibles para enrollarlas fácilmente. Si quieres darle un toque de sabor extra, puedes untarlas ligeramente con mantequilla antes de calentarlas.
• Coloca una generosa cama de verduras salteadas en el centro de cada tortilla. Asegúrate de distribuir bien para que cada bocado sea igual de delicioso. Puedes añadir un poco de sal y pimienta para potenciar su sabor.
• Agrega el asado desmenuzado encima de las verduras. Si tienes prisa, puedes usar dos tenedores para desmenuzarlo más rápidamente. Recuerda que debe estar bien frío antes de desmenuzarlo para que sea más fácil de manipular.
• Personaliza tus fajitas con tus salsas y aderezos favoritos, como guacamole, crema agria y cilantro fresco. No tengas miedo de experimentar con diferentes combinaciones para encontrar tu favorita. Si quieres darle un toque picante, puedes añadir un poco de salsa chipotle o jalapeños en rodajas.
• Enrolla las tortillas con cuidado para que los ingredientes queden bien encerrados. Si prefieres, dobla los extremos de la tortilla hacia adentro para mantenerlos más juntos. Una vez enrolladas, puedes cortarlas por la mitad para que sean más fáciles de comer.